REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN BUCHENWALD Y DORA

MARCEL·LÍ GARRIGA CRISTIÀ

Vilanova i la Geltrú, 11 de juny de 1916

Nacido en Vilanova i la Geltrú el 11 de junio de 1916, desde muy joven acompañó a su padre en el oficio marinero y acabó convirtiéndose en un experto pescador y patrón. Huérfano de padre y madre, a los 14 años, se refugió en la acogida de sus tíos, pero su fuerte espíritu de independencia le empujó a decidir afrontar la vida solo.

Imbuido del ideario libertario desde las filas de la CNT, vivió la ilusión de la proclamación de la II República y los acontecimientos del 6 de octubre en la misma Vilanova y, para evitar la represión que siguió a la proclamación de la República catalana, marchó a Roses, donde siguió con su oficio, al tiempo que se integraba en los círculos culturales y políticos. Fue a esta población ampurdanesa donde vivió el levantamiento fascista del 18 de julio de 1936, y al poco tiempo se incorporó a las filas del Ejército Popular, realizando, más tarde, el curso de oficial en el escuela Popular de Guerra de Barcelona, ​​de donde salió con el grado de teniente. Destinado a la 135A. Brigada Mixta de la 31 división, luchó y sufrir todo tipo de penalidades al frente de Huesca, hasta la retirada, durante la primavera de 1938, en Bagnères de Luchon (Francia), desde donde quedó adscrito a la misma brigada reorganizada que volvió a penetrar en Cataluña, para combatir el frente de Lleida. En el mes de agosto se incorporó a las tropas que participaron en la Batalla del Ebro hasta que la retirada le llevó, de nuevo, por tierras de Lleida, entonces desde la 100ª, que debía llevar a contemplar los estentóreo de la batalla de Cataluña ya terminar herido a un hospital de Barcelona.

Al llegar las tropas fascistas en la capital catalana, inició el éxodo con miles de republicanos, primero hasta Girona, en un camión militar, y después, a pie, hasta que fue concentrado en la playa de Argelès y luego en el campo de Barcarès, desde donde fue enrolado en una CTE, destinada a la región de Poitou. Con la desintegración del ejército francés, comenzó otro periplo, desde Burdeos a Toulouse y el Rosellón, donde pudo volver a su oficio de pescador. Pero la ocupación de los alemanes ya abarcaba toda Francia y el fuerte control en las zonas fronteras para evitar el paso de aviadores caídos y desertores por los Pirineos desencadena continuas xarxades, en una de las que Marcel·lí Garriga fue detenido, el 2 de febrero de 1943.

Bajo el control de la Gestapo, desde las cárceles de Portvendres y Perpiñán llegó al campo de tránsito de Compiègne, de donde partió con el convoy del 17 de enero de 1944 con destino a Buchenwald. Con la asignación de la matrícula 40548, tuvo que trabajar a los comandos de las fábricas Gustloff-Werke, Mibau y Optik Fichtenhain, al tiempo que entraba en contacto con los deportados que formaban parte de la Resistencia interna del campo, siempre a la espera del final de la guerra, que presagiaban los bombardeos aliados. La resistencia contra los intentos de evacuación del campo triunfaron hasta que los americanos entraron en el campo, el día 11 de abril, cuando ya las SS habían abandonado el recinto.

La situación que se abrió a Marcel·lí Garriga y los otros deportados republicanos era la incógnita del futuro, dada la imposibilidad del regreso a casa. Permaneció más de un mes en el campo, hasta que después de un viaje muy accidentado llegó a Paris, donde disfrutó de la libertad, con una sensación de improvisionalitat; entró a trabajar en una fábrica, con resignación y desencanto sobre el futuro, lo que le haga decidir a regresar a Cataluña, en 1947. Bajo el control policial, comenzaba su exilio interior, determinado por el régimen dictatorial de Franco, y no pudo instalarse en Vilanova hasta el año 1950, donde trabajó de nuevo como pescador. Su espíritu de lucha y resistencia le empujó a integrarse en los movimientos sindicales y políticos antifranquistas, y a impulsar asociaciones culturales a su ciudad. En los últimos años de su vida, el testimonio de sus años de juventud, desde el compromiso sindical a la deportación, formó parte de su compromiso de la preservación de la memoria de la deportación de los republicanos antifascistas.